LAS SOMBRAS

DE

MARLON BRANDO

 

 

 

 

 

 

El nombre de Marlon Brando como actor va mas allá del tiempo, mas allá de la memoria histórica del cine, está considerado como una institución. Su forma de Interpretar ha marcado escuela, y en todo el mundo su método es estudiado por miles, millones de futuros actores, que acatan el sistema del Actor Studio, donde Brando estudio desde joven, hasta convertirse el mejor actor de todos los tiempos.

 

 

 

 

Los días que pasó Marlon Brando en La Habana tienen zonas de silencio que hasta hoy no se han podido iluminar muy bien. Después del incidente del Sans Souci con un paparazzi criollo, se le ubica en Tropicana, pero no en el cabaret sino en el bar, adonde había llegado, según lo que el fotógrafo Cala le contó a Jorge Oller, “discretamente para no llamar la atención”. Iba acompañado por dos hombres, provenientes también del Sans Souci: el primero, el ex pelotero cubano de las ligas negras norteamericanas Clemente Sungo Carrera; el segundo, el joven Guillemo Cabrera Infante, suprimido como por arte de magia en las evocaciones habaneras del actor publicadas dentro de la Isla. Lo que ocurrió durante su segunda noche habanera, es muchas veces contradictorio, incluso a nivel de un mismo emisor. Por ejemplo, en sus declaraciones a la revista Vanity Fair, Ofelia Fox asegura que: Marlon Brando estuvo una noche en el bar y en los camerinos. Rodney les dijo: “¡Déjenlo tranquilo, putas…”. Les decía “putas", pero sin mala intención. Las amaba. Brando ya había ganado el Oscar en 1954 por Nido de ratas, pero estaba loco por la música cubana y voló a Cuba para encontrar una tumbadora. ¡Esa noche incluso trató de comprarle una a Armando Romeu! Al final salió de Tropicana sin la tumbadora, pero se dirigió al Club 21 con dos de las modelos más bellas, Berta Rosen y Sandra Taylor. Aquella noche, Marlon Brando cayó en el teatro Shanghái con las dos modelos y con Cabrera Infante y Sungo Carrera detrás. En el Shanghái había show sexuales en vivo con un hombre conocido como Superman. Era famoso por tener un pene erecto de 18 cms. Oí que primero tenía sexo con una performer en el escenario, y entonces invitaba a subir a una mujer del público para hacerlo con él. Se envolvía una toalla alrededor de la base de su miembro a ver cuán lejos podía llegar. Esa noche, Brando quiso conocerlo. Fueron presentados y Brando abandonó a las coristas y se fue con Superman.

 En “Tras los pasos de los saqueadores de tumbas” Luis Cino Álvarez reacciona virulentamente ante “el articulito canallesco de Vanity Fair, donde tratan de poner a Guillermo como un perdido diciendo mentiras como que llevó a Marlon Brando al Shanghái. Guillermo lo llevó al Chori a oír música cubana”. Una reacción emocional digna de mejor causa, primero porque no tendría nada de raro a partir de la fijeza del Shanghái en la agenda turística de los norteamericanos en La Habana, y segundo porque la incursión de Brando a los cabaretuchos de la Playa de Marianao se produjo, según la entrevista que este le diera a Cabrera Infante para la revista Carteles, durante la tercera jornada de su estancia habanera, la noche antes de regresar a los Estados Unidos.

 

 

De acuerdo con ciertas fuentes, en 1962 la joven corista Berta Rosen emigró a Perú, donde trabajó en una película titulada Un mulato llamado Martín. En 1967 lanzó un disco y dos años después fue ganadora en un festival de la canción peruana. Rosen recorrió América y Europa, y en 1962 llegó al Perú, donde hizo carrera como compositora y cantante. Es curioso que en otros discos nacionales la nombran como “Bertha”, pero en sus primeras grabaciones con Sono Radio figura correctamente como "Berta". Su primer éxito con esa disquera fue “Cuando salí de Cuba”, lanzando luego otros discos de 45 rpm como. Por su parte, la otra corista Sandra Taylor había sido una de las integrantes de las famosas Mulatas de Fuego, aquellas diez jóvenes habaneras seleccionadas por Rodney en 1947 luego de una convocatoria para buscar bailarinas para una película y para la producción de “Zamba Rumba”. Eddy Sierra, bailarín del Tropicana de los 50, lo evoca de la siguiente manera para Vanity Fair, en perfecta correspondencia con una de sus fotos bailando en el cabaret: “era divina. Tengo una foto suya en la pasarela. Lucía espectacular, con forma de guitarra, tenía unos 5´7, cintura estrecha grandes caderas. Tenía la piel chocolate claro, muy café con leche, y se movía como una palma en el viento”. La Taylor se había presentado con las Mulatas en Nueva York, en 1949, ocasión en que el timbalero Tito Puente formó parte de la orquesta acompañante. Ello pudiera entonces sugerir la posibilidad de que Brando y ella se conocieran a fondo en Nueva York, teniendo una relación conocida personal desde los días del Palladium.... Son esas sombras que el actor iba dejando por su camino....Pero también se perdió de la historia.

Lo cierto es que esas declaraciones vinculando a Brando con Superman, y no precisamente como simple espectador de su show, están contaminadas en una medida  u otra  por las informaciones posteriores acerca de la bisexualidad del actor y sobre todo por la idea de que habría tenido relaciones homosexuales con Wally Cox, actor cómico y compañero de juventud en Illinois, muerto de un infarto a los 48 años, con quien compartía el apartamento en Nueva York justamente hacia la misma época en que viajó a La Habana. En 2006, la publicación de Brando Unzipped, de Darwin Porter, había echado leña al fuego de su saga homosexual al levantar una lista de amantes masculinos en la que figuran, entre otros, Burt Lancaster, Laurence Olivier, John Gielgud, Tyrone Power, James Dean y Montgomery Clift. Y, del lado femenino, Marilyn Monroe, Ana Magnani, Ava Garner, Grace Kelly, Rita Hayworth… Circularon fotos porno del actor en varias comunidades gays de Nueva York y Los Ángeles durante los años 50. Según algunos reportes, Ana Kashfi, su esposa de entonces, la había pensado utilizar como evidencia en 1959 en un litigio en cortes sobre custodia filial. Por último, se refuerza con  una declaración del propio Brando sobre Wally Cox sujeta a polisemia, pero le echa más leña a ese fuego, diciendo que, ninguna mujer le había hecho feliz... Si Wally hubiera sido del otro sexo, se hubiera casado con él. A la muerte de Brando, en 2004, la mitad de sus cenizas fueron esparcidas en el Valle de la Muerte, en California, junto a las de Cox. Un deseo de su testamento cumplido al pie de la letra por su familia  pero esta discusión es en el fondo un poco bizantina. A diferencia de otros protagonistas de Hollywood, que escondieron su homosexualidad o bisexualidad, Brando tuvo la consistencia de reconocerla sin cortapisas, según declaró a una revista francesa en 1973 utilizando ese tono desafiante e irreverente que lo caracterizaba:

 

 

Marlon Brando, mito sexual donde los haya, tuvo relaciones con artistas de ambos sexos, según revela Darwin Porter, señala que entre sus conquistas figuran actores tan conocidos como, John Gielgud, o el compositor Leonard Bernstein. La lista de sus amantes femeninos no es menos larga e incluye a Shelley Winters, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Gloria Vanderbilt, Ingrid Bergman, Anna Magnani y al mito de la canción francesa Edith Piaf. Tras la muerte del actor, a los ochenta años, en julio de 2004, la prensa publicó que sus cenizas se habían esparcido en Tahití y en el Valle de la Muerte junto a las de otro actor y amigo suyo, Wally Cox, fallecido en 1973. Según Porter, Cox, también actor, había sido un amor de juventud de Brando, cosa que yo personalmente difiero, Cox fué siempre amigo de la familia Brando y estaba considerado como uno mas, al no tener familiares los Brando conservaron sus cenizas en una urna durante más de treinta años y a su muerte, se mezclaran con las suyas. Brando, que afirmó en cierta ocasión que ninguna mujer le había hecho feliz, confesó una vez que si Wally hubiese sido del otro sexo, la relación habría terminado en matrimonio. Eterno descontento consigo mismo, como le describe el autor del libro, Brando no encontró nunca un papel cinematográfico que le satisficiera plenamente, salvo UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, ni siquiera los que le reportaron sus dos estatuillas de Hollywood: On the Waterfront y El Padrino. Porter revela la dipsomanía de la madre de Brando, también actriz, sus infidelidades matrimoniales, entre ellas con Henry Fonda, entonces un jovencísimo actor. En Nueva York, fue al Actor Studio, donde conoció a la futura Marilyn Monroe en un bar en 1946 y, según relató él mismo a un amigo, un tal Carlo Fiore, le ofreció quince dólares para que le acompañara a su apartamento. La propia Marilyn confesó que había utilizado a muchos hombres pero no por dinero sino para comer:

-"Yo negociaba un desayuno, un almuerzo o una cena, según la hora del día"-

Una de las revelaciones más sorprendentes del libro es, la relacionada con Edith Piaf. La seducción no fue fácil, según contó Brando a otro actor con quien también terminaría acostándose: cuando ella le llevó a su apartamento después de almorzar juntos, él pensó que era para hacer el amor. "Por quién me tomas? ¿Acaso por una prostituta de Pigalle?", preguntó indignada la Piaf al ver cómo Brando se había desnudado y metido en la cama. Al día siguiente, sin embargo, la Piaf le cantó al parecer por teléfono 'La vie en rose' a modo de disculpa, y dos noches después, Brando añadiría una nueva conquista a su ya larga lista. Marlon hizo de la seducción su forma de vida, gracias a un magnetismo sexual que no distinguía géneros. Mantuvo una relación de carácter edípica con su madre que sería el origen de su forma compulsiva de amar y de vivir. Con 20 años abandonó su Omaha natal y conquistó Hollywood a los 30 gracias a "Un tranvía llamado deseo". Darwin Porter repasa en "Brando unzipped" de forma muy pormenorizada la vida del actor que dejó un camino sembrado de corazones, dormitorios vencidos e impresionantes interpretaciones para el Séptimo Arte.

 

Una tarde de mayo de 1943, Brando con 19 años, llegó a la Penn Station de Manhattan llevando un sombrero de fieltro de color cereza sabiendo que era diferente a los demás actores además de estar seguro de que las multitudes lo aclamarían. Años después declararía que:

- "Quería ver el culo de Nueva York"-

De impresionante físico, cosa que pudo constatar en las miradas de los hombres con los que coincidió en los urinarios de la estación. Su rostro mantenía deliberadamente una expresión hostil, producto de su conciencia sobre del magnetismo que ejercía sobre mujeres y hombres.

 

 

 

Mientras se abría camino en los territorios teatrales de Broadway, se dedicó a realizar chapuzas: camarero en un restaurante de Bleeker Street, ayudante de un vendedor de sándwiches en la Quinta Avenida, reponedor en unos grandes almacenes o vendedor de limonada en Central Park. Cuando logró reunir algún dinero se matriculó en los cursos de teatro del New School for Social Research dirigidos por el refugiado alemán Erwin Piscator, quien según su biógrafo Darwin Porter, le presentaría a Einstein. Años después declararía que "Albert y yo teníamos mucho en común. Los dos conocimos a Marilyn Monroe; pero creo que él era mejor en ese aspecto". Uno de los alumnos de Piscator, Walter Matthau, llegó a decir que Marlon quería ser actor para "tirarse a todo el mundo". Lo dijo porque antes de convertirse en actor, se hizo un cuadro de trofeos que habría envidiado el mismísimo Giacomo Casanova. La lista interminable de sus conquistas comenzó con la adinerada colombiana Celia Webb, que tenía 10 años más que él. Como su marido estaba en la guerra, se entretuvo con el joven de Nebraska. Brando recordaría en sus memorias que "Celia jamás llevaba bragas y cuando paseaban de noche por las calles, la llevaba a un oscuro callejón y la empalaba contra una pared". En 1948, cuando Brando logró su primer éxito teatral, Celia se dio cuenta de que jamás se casaría con ella. Caroline Burke, su segunda amante neoyorkina, inauguró la larga lista de las relaciones esporádicas... "Pertenezco a todas las mujeres del mundo.... ¿Por qué el resto no iban a tener derecho a una pequeña prueba de mi valía?". Una noche cuando por azar entró en la cafetería Hector´s, en la esquina de la Cuarta con la Séptima, un escritor aún en ciernes llamado Norman Mailer le presentó a su colega negro James Baldwin. Era el primer encuentro de este trío que estaban a punto de convertirse en auténticas celebridades. James Badwin se convirtió en el primer amante masculino que cobraba en Nueva York y esta vez de un Brando asilvestrado cuya polimorfa sexualidad era constante en él. La novedad que aportaba Baldwin no era que fuera hombre, sino que fuera negro; porque Marlon ya se había hecho notar en la academia militar de Shattuck por sus amores con un adolescente de belleza luminosa llamado Steve Gilmore, que acabó derramando lágrimas amargas cuando supo que en sólo un año, mientras se acostaba con él, Brando había seducido a 28 mujeres. Cuando Duke, su novia de entonces, sorprendió a Marlon sodomizando a Steve sufrió una crisis de histeria. Era el primer corazón roto de una larga lista.

El Group Theatre era el precedente del célebre Actor´s Studio y el semillero del star system. Con el famoso Método del ruso Constantin Stanislawsky, formó dos hornadas de estrellas. Allí conoció Brando a la profesora Stella Adler, quien inmediatamente supo que su alumno era "un genio en estado bruto, un vagabundo de Nebraska cuyo magnetismo era tan poderoso que era imposible no excitarse en su presencia". Marlon había encontrado a su mamá y pudo hacer con ella todo lo que no se atrevió a hacer con su madre. Su primera mujer, Anna Kashfi, afirmaría que la sexualidad de Marlon consistía en "dejar libre todos los deseos reprimidos hacia su madre". Stella quiso seducirlo para su hija Ellen, pero Brando se abandonaba alternativamente en los brazos de madre e hija.

Según Darwin Porter, como era adepto a las fugaces ceremonias con desconocidas, "se veía obligado a robar las bragas de sus amantes eventuales para vestirlas él mismo, porque era más asequible que lavar su propia ropa interior. Así se extendió el rumor que de que era homosexual y nada de eso... Su patrimonio se reducía a algunas camisetas y jeans, un traje oscuro, un magnetófono, un pequeño piano transportable y un tam-tam. Su suerte empezó a cambiar en 1943, cuando debutó en la escena neoyorquina en un pequeño papel del Saint Joan de Bernard Shaw. Era brillante en escena y de una presencia fascinante que no pudo resistir el dramaturgo Clifford Odets, amigo de Chaplin y de Einstein....amante de Cary Grant; y también de Fay Wray, a quien había logrado arrancar de los brazos de Howard Hughes y de King Kong. Odets fue uno de los hombres de su vida. Cuando a los 20 años el joven Marlon estaba lo bastante maduro para representar un papel en "I Remember Mama", una producción de Rodgers y Hammerstein, sopló el viento de popa. Tras la representación, alguien llamó a su camerino y el actor se topó con el rostro familiar de una actriz cuya ambigüedad sexual sólo era comprable a la de Brando: Marlene Dietrich. Ante el pasmo del homenajeado, ella se arrodilló, metió la mano en su bóxer y por un rato se convirtió en lo que él llamaría después "la más perfecta pipa del mundo". Después de su ofrenda, la actriz se presentó: "Perdóneme señor Brando, soy Marlene Dietrich y he admirado mucho su representación". Desde ese acto inaugural ella, 23 años mayor que él, lo invitaba a cenar y le urgía a terminar pronto el postre "sin dejar ni una miga. Vas a necesitar mucha fuerza para las pequeñas distracciones que he previsto esta noche". Desde ese mismo día, Marlene y Brando fueron muy amigos, el actor la consideraba una especie a extinguir y un rostro totalmente creado para el cine, dijo que Marlene era única. También Montgomery Clift lo admiró en "I Remember Mama" y comenzó una "amitié amoureuse" breve e intenso. Los críticos comparaban su manera de actuar y a ambos se les pedían papeles de tipos torturados; pero Monty siempre seguía un acercamiento intelectual al personaje; Brando era más instintivo, como quedaría demostrado en el papel de Stanley Kowalsky en "Un tranvía llamado deseo". Su relación amorosa fue mas breve que su amistad, Brando no soportaba las depresiones de su amigo, a pesar de ayudarle siempre....Hasta el mismo día de la muerte. Monty se culpabilizaba de sus tendencias homosexuales, mientras para Brando cualquier tipo de sexo era un gozo. Antes incluso de enfriarse la pasión, Brando compatibilizaba a su amigo maniaco-depresivo con Doris Duke, la mujer más rica del mundo.

 

 

Brando tuvo tiempo para frecuentar las sábanas de Leonard Bernstein, el compositor de West Side Story. A esa obra llegó tarde el joven Brando, pero no a Antígona, que le valió el aplauso de uno de los grandes actores ingleses shakesperianos, Sir Lawrence Olivier. Se presentó en su camerino diciendo: "Qué maravilla de representación. Soy el que se ha casado con Scarlett O’Hara". El refinado inglés estaba tan fascinado por el joven americano, que pronto dejó en su lecho sitio a Brando. Cuando Vivien supo de la relación existente entre su esposo y Brando, no hubo reproches, con flema británica se limitó a decir: "¿Marlon Brando?, yo debería probarlo también". Ignoraba que un año después tendría al actor a su lado cuando coincidieron en "Un tranvía llamado deseo".  Muchos años después, Brando le quitaría a Olivier el papel de Don Corleone en El Padrino. Aquel 1973 le quitó también el Óscar para el que estaba nominado Olivier por su papel en "La huella". Brando, como Moby Dick, era un depredador inocente. A Burt Lancaster, que tenía una historia con Shelley Winters, le birló tanto el papel de Kowalsky en Un tranvía... como a su amante. Lancaster no maldijo su suerte, ya que disfrutó durante varios meses del cuerpo de su irresistible burlador. Al conocer la relación, una amiga común dijo: "No hay sobre la tierra dos hombres tan bellos, se merecen el uno al otro". Marlon, como había hecho con Monty Clift, Olivier o Cary Grant, en lugar de mostrarse agresivo con los actores con los que tenía que competir, les seducía.... Shelley Winters era, una seductora de primera, en su curriculum figuraron, además de Lancaster, Sean Connery, Robert de Niro, Howard Hughes, Dylan Thomas, Clark Gable o Errol Flynn, sin agotar ni de lejos el inventario. Ella y Brando fueron amigos vitalicios. hasta el fallecimiento del actor..

 

"Un tranvía llamado deseo" marca un antes y un después en su carrera. Antes era un pobre diablo; después, el actor más halagado del mundo. No necesitó su fama para consumar un sueño adolescente. Se había enamorado de Verónica Lake cuando vio caer, en "Vuelo de águilas", la maravillosa catarata de sus cabellos sobre su cara perfecta. Cuando se topó con ella la aguantó 10 días: casi un récord porque la mayor parte de su amantes le duraban apenas una noche. Brando valoró en ella su afición excesiva al sexo con alcohol. Las orgías de Greenwich Village no tenían para ella nada de original porque se había acostumbrado en los primeros 40 a las de Hollywood, en donde sedujo a Gary Cooper, Howard Hughes o el play boy Porfirio Rubirosa. Confesó a Brando que Onassis era el hombre que más orgasmos le había arrancado en una noche. Años después diría que el más tierno de sus amantes había sido Brando. Años después cuando el actor supo que, para vivir, ella servía copas en un bar de Manhattan, le hizo llegar un cheque de 1.000 dólares que Verónica enmarcó en su salón en recuerdo de los buenos tiempos. Por entonces, Brando andaba enredado con Hedy Lamarr, fué la relación más tórrida de su vida. Era la primera actriz que se había desnudado en pantalla en Hollywood y cultivaba la leyenda de haberse acostado con Hitler y con Mussolini. A Brando, un progresista enfeudado a la izquierda radical americana, le resultó excitante ocupar los lugares que habían ocupado aquellos dictadores. Después de incorporar a su lista interminable de amantes los nombres de Ingrid Bergman y Bette Davis, con Joan Crawford sufrió el primer gatillazo de su vida. Debió de asustarse tanto que se fue a París, ciudad a la que recurrió muchos momento de su vida, siempre dijo que en Paris todo es diferente. De la mano de Roger Vadim, el hombre que se casó con Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Jane Fonda, frecuentó los bistrots del Barrio Latino, en donde conoció a Camus, de Beauvoir y Sartre. Junto a Boris Vian, los vieron quemar París en noches largas de alcohol y mujeres bonitas como Juliette Greco.

 

Su mejor conquista en París fueron los actores Christian Marquand y Daniel Gélin, que habían sido introducidos en el sexo de los filósofos antiguos por Jean Cocteau. Marlon hacía el amor con Christian a la hora de la siesta y con Daniel por la noche. Truman Capote más de una vez vio al trío y le dijo a Tennessee Williams: "Eran tan jóvenes, tan bellos y tan incapaces de disimular su amor, que me conmovían". Cuando, en 2002, supo de la muerte de Daniel, Brando dijo: "Sólo he amado a  Christian y Daniel. Todos los demás fueron barcos que pasaron en la noche". Por una ironía del azar, fue la hija ilegítima de Daniel, Maria Schneider, quien le dio la réplica en "El último tango en París". Uno de sus más tristes episodios amorosos fue el que protagonizó con la delicada y romántica virgen italiana Pier Angeli. Paseando de noche por los foros romanos, tomó su cuerpo al asalto. Tras la violación, ella le escribió: "Después de lo de esta noche, sólo te pertenezco a ti. Vamos a casarnos". Marlon salió huyendo de Roma.  Pier conquistaría la fama en Hollywood, rompería el corazón de James Dean y sería amada por otros antes de suicidarse en su casa californiana. Pero esa es otra historia. Si existió un símbolo del macho en la historia de Hollywood, ese fue Marlon Brando. El actor que saltó a la fama con su personaje del pandillero motociclista Johnny Strabler en la película The Wild One, puso de moda la chaqueta negra de cuero entre los jóvenes de los años cincuenta e hizo suspirar a centenares de fanáticas. Brando supo cómo sería su interpretación de El padrino en la primera prueba con Francis Ford Coppola. Se metió unas servilletas en la boca, se embadurnó el pelo con betún y afirmó: "Mi personaje tiene que parecer un bulldog  Antes, en 1954, fue reconocido con el Óscar a mejor actor por su protagónico en la cinta de Elia Kazan On the Waterfront. En la piel del exboxeador Terry Malloy, Brando exhibió de nuevo su innegable don histriónico pero también sus atractivos masculinos en los muelles neoyorquinos. ¿Y qué decir de su implacable Don Corleone en El padrino? Un recio personaje que con frialdad apuntaba en la cabeza de sus enemigos con un arma y les ponía a elegir entre sus sesos o estampar su firma al final de un contrato. El galán que firmó tres veces el divorcio de sus esposas Anna Kashfi, Movita Castañeda y Tarita Teriipaia, vuelve a ocupar los titulares gracias a las polémicas declaraciones de Quincy Jones en Vulture, el sitio web de entretenimiento de la revista New York Magazine. El productor musical, recordado por las decenas de premios que ganó con Michael Jackson, describe a Brando como el personaje más encantador que he conocido".

 

En una entrevista, en la que no dejó títere con cabeza, dijo que el inmortal "padrino" tenía sexo con todo lo que se le atravesara. "Se tiraba cualquier cosa. ¡Cualquier cosa! Le dada a un buzón, a James Baldwin, Richard Pryor, Marvin Gaye"...Quincy Jones armó la de Troya: además de dejar en evidencia la homosexualidad de Brando, también dijo que los Beatles eran malos músicos, que Michael Jackson plagió varios de sus éxitos y que sabe quién asesinó a John F. Kennedy. Las reacciones fueron inmediatas y no todas resultaron negativas. Jennifer Lee, viuda del cómico Richard Pryor, le confirmó a TMZ que su marido era abiertamente bisexual y que fue amante de Brando en los años setenta. La actriz y escritora de 78 años le atribuyó este aparente libertinaje a las drogas, que en esa década estaban en furor. "Si te metías la suficiente cocaína, te podrías follar a un radiador y enviarle flores por la mañana".- dijo.- Sobre los amoríos con el poeta James Baldwin y el cantante Marvin Gaye, quien le agregó una “e” a su apellido para diferenciarse de su padre homosexual, nadie se ha pronunciado. Brando siempre fue blanco de todas las miradas y la novedad de Quincy Jones se reduce a los nuevos nombres. Desde su primera aparición en la gran pantalla, en la película The Men, su orientación sexual estuvo en entredicho. En una de sus biografías, The Only Contender, el autor Gary Carey recuerda las declaraciones de Brando acerca de la duda sobre su relación con Jack Nicholson, su compañero de The Missouri Breaks....pero debo apuntar que Jack fué un fiel amigo, de esos que caen del cielo una vez en la ida. Brando dijo: "La homosexualidad está tan de moda que ni siquiera es noticia. Al igual que muchos hombres, yo también he tenido experiencias homosexuales y no me avergüenzo. Nunca le he prestado mucha atención a lo que la gente dice de mí, pero si alguien cree que Jack y yo somos amantes, pues que lo siga pensando. Me resulta divertido". Los dos guapos e irreverentes fueron vecinos en la Mulholland Drive en Los Ángeles, y precisamente a esa avenida se le llamó Bad Boy Drive.. En 2004, cuando se conmemoraba una década de su muerte, la escritora Susan Mizruchi también le dedicó muchas páginas a su agitada vida. En la biografía "Brando’s Smile",. hizo énfasis en lo que él mismo había reconocido: que por su vida pasaron Cary Grant, Rock Hudson, Laurence Olivier y James Dean. De este último, se dice que le gustaban los juegos sadomasoquistas, disfrutaba cuando le apagaban cigarrillos sobre su cuerpo.

 

Brando terminó en un hospital a los ochenta años, acompañado de su buen amigo y vecino Jack Nicholson, estaba terriblemente obeso y deprimido, tras el suicidio de su hija Cheyenne y la muerte de sus amigos íntimos, en su última década fue un símbolo de una época que llegaba a su fin. Casado tres veces, tuvo cinco hijos; adoptó cuatro y de su ama de llaves tuvo tres más. Ganó dos Óscars, creó en más 40 películas una fauna inolvidable en la mitología del cine e hizo de su vida un desafío a todos los tabúes.

 

 

 

 Con estas frases dichas por él, defino a la perfección como fué el actor de actores:

 

- "Soy yo mismo", -dijo- "Y si tengo que darme cabezazos contra una pared para seguir siendo yo mismo, lo haré"-.

 

 - "Me he preguntado muchas veces por qué los medios de prensa, han querido hacer ver un hombre que nada tenía que ver con la realidad."-

 

 

Dicho por su mejor amigo Jack Nicholson:

 

-"Somos hijos de Brando... Todos los actores del mundo deberían rendirse ante su genialidad".-

 

 

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