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CANTANDO BAJO LA LLUVIA
Uno de los mejores musicales que se han hecho hasta hoy... Todas las escenas se disfrutan por igual, ya sea para reír o para dejarnos llevar con sus canciones y bailes. Y qué decir de la inolvidable escena que da nombre a la película...viéndola entiendes porque al cine se le llama: El séptimo arte. Imprescindible verla...Ni los que detestan el género musical acuden a ese tópico de decir: “¡Vaya, otro Musical de la Metro!” “Cantando bajo la lluvia” no es otro musical. Es el musical. Tiene todas las virtudes del género y ninguno de sus defectos. Es encantadora de principio a fin.
A. Freed, el productor que llevaba todos los musicales de la MGM, tenía la idea de hacer un musical basado en las canciones que él y Nacio Brown compusieron para el estudio. Condem y Green vistieron estas con un guión maravilloso, uno de los mejores acercamientos a Hollywood (todas las anécdotas que aparecen en la película son reales), donde el amor que muestra viene escoltado por una sátira irreverente, pero de una vitalidad única. No existe película más optimista, y que contagie esta fuerza, que “Cantando bajo la lluvia”. Verla y desearla. De hecho, el paraíso es esta película. La historia es simple, pero fascinadora: la estrella del cine que se enamora de la corista; en medio de este romance una disparatada actriz (espléndida Jean Hagen), que no consigue hacer la transición al sonoro que se retrata en el film. Toda esta historia, ligera como la brisa, está plagada de números musicales que quedan en nuestra memoria sentimental una vez vistos: el enérgico “Make’Em Laugh”, la optimista “Good Morning”, la romántica “You’re my lucky Start” o la mítica “Singin’in to the rain”. La dirección, firmada conjuntamente por G.Kelly y S. Donen, es tan armoniosa como un baile, con elegantes movimientos de grúa y una suavidad que te sitúa en primera línea. El reparto espectacular. Nadie se imagina a un Cosmo que no sea D. O’Connor (su canción de Make’Em Laugh quizá sea el número más enérgico de toda la historia del musical) ni a una corista más inocente que D.Reynolds, y, por supuesto, Lina Lamont es y será J. Hagen (D. Reynolds está doblada en toda la película y J. Hagen la doblaba en las secuencias que se suponía que la Reynolds doblaba a Lina Lamont). ¿Y qué decir de G. Kelly? ¿No cantamos todos con él cuando entona bajo la lluvia la famosa canción? Es una de las sensaciones que tienes al ver la película: su estado se contagia. ¿Por otra parte, había otro modo de expresar lo que sentía que cantando? En esta película, todas las canciones son NECESARIAS, llegan en el momento que tienen que llegar y ni el mejor diálogo puede sustituirlas. Estos films siguen teniendo cabida en nuestras pantallas, y con la maquinaria engrasada que la MGM tenía para este género. “Cantando bajo la lluvia” es una delicia magistral de principio a fin. ¡Una gozada! El mejor musical de todos los tiempos y una de las obras maestral del cine en general.
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Después de My Fair Lady, esta es una de las películas que más me han impresionado.... No sólo por la música que contiene, sino por sus grandes coreografías. Me encanta la escena en que Gene Kelly baila feliz bajo la lluvia porque está enamorado y no le importa mojarse. Para él, el sol siempre brilla debido a la luz del amor, esta célebre escena no estaba en el guión original, en el primer borrador iba a ser cantada por Reynolds, O'Connor, pero fué Kelly el que le dió vida, durante la secuencia, Gene Kelly, se encontraba con 39 grados de fiebre. Una leyenda común es que Kelly rodó la canción entera en una sola toma, gracias a varias cámaras situadas en diferentes lugares predeterminados, aunque en realidad la secuencia tomo 2-3 días. Otro mito es que la lluvia estaba hecha mezclando agua y leche, para un mayor efecto visual en la cámara; el efecto visual deseado se consiguió, aunque con dificultad, gracias a efectos de contraluz. Se utilizaron escenas filmadas de "Los tres mosqueteros" para incluirlas como parte de "El truhán real", la película de cine mudo con la que se abre la película. Después de un número musical, Gene Kelly ayudó a Debbie Reynolds por su falta de experiencia en el baile. Por las noches Kelly la encerraba en un cuarto para ensayar durante horas. Cuando acabó el número de Good Morning, los pies de Reynolds estaban lastimados. Años más tarde Debbie Reynolds agradeció las enseñanzas de Kelly en el baile, pues sin ellas no hubiera podido continuar con su carrera. Tiempo después, Debbie Reynolds dijo que hacer Cantando bajo la lluvia y dar a luz fueron las dos experiencias más difíciles de su vida. La escena de baile de Gene Kelly y Cyd Charisse perteneciente al número musical "Broadway Melody", en la que Charisse interpreta a una atractiva mujer que intenta seducir con su danza a Kelly, fue considerada de alto contenido erótico para la época debido al roce corporal y los movimientos que había en la misma. Por esta razón, después de la edición final de la película, se recortaron unos segundos, por considerarse muy sexual realizado por ambos bailarines. La escena recortada es fácilmente distinguible y notable en la película, pero dicho recorte fue parcialmente disimulado con la pista musical. Por otra parte, otro pequeño inconveniente que surgió con la escena fue la diferencia de estatura que había entre ambos bailarines, puesto que Cyd Charisse era una mujer bastante alta y Gene Kelly un hombre de una estatura media baja. Sumado a esto, Charisse debía llevar tacones, incrementando aún más dicha diferencia, quedando algo antiestética, especialmente en las partes en que los dos bailarines bailaban cuerpo a cuerpo. Esto fue cuidadosamente disimulado, de manera que, según puede apreciarse en la película, en los momentos en que Charisse se acerca mucho a Kelly, tiene sus rodillas levemente semi-flexionadas.
Donald O'Connor tuvo que ser hospitalizado tras hacer la secuencia de Make 'Em Laugh. Tras el estreno, fue considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos, y el baile de Kelly se convirtió en un icono, porque no es fácil el baile en la calle cuando llueve. Puede que algunos digan que la película no es para tanto. Pero para los cinéfilos que sabemos lo que es el cine puro y para los amantes del musical, es sin lugar a dudas una película maravillosa en su acepción más pura y literal. Tiene muchas virtudes: Las interpretaciones, los diálogos, el color, la ambientación, las canciones, etc. Es una de esas películas que nunca se cansan de verla una y otra vez.... de las que tristemente ya no se hacen. No quiero dejar de mencionar las siguientes secuencias: El número del simpatiquísimo Donald O Connor, que siembre asombra cuando hace volteretas andando por las paredes; y sobre todo, cuando Gene Kelly canta y baila enamorado bajo la lluvia. Es una de las secuencias más encantadoras que se hayan visto jamás, no sólo del cine musical, no sólo de toda la historia del Séptimo Arte, sino de todas las Artes. Una película irrepetible, imperecedera. Y también una verdadera medicina para la salud. Casi me faltan las palabras….. Es un canto a la alegría de la vida....Es magia. La mejor del dúo Gene Kelly - Stanley Donen. En la que cada número musical rebosa imaginación, pasión, naturalidad, y amor al cine. Además, esa temática meta-cinematográfica está muy bien llevada. Y es que "Cantando bajo la lluvia" no sólo es el mejor musical de la historia, sinó también una de las mayores comedias. Divertidísima y mágica. Que el cine es la forma de expresión idónea para catalizar las emociones y los sueños de los hombres y mujeres...y da pie a algo que sabe cualquier cinéfilo. Singin’ in the rain es un canto a la alegría de vivir, a la libertad artística, al ingenio creador; la emoción y el sueño hecho celuloide....Recuerdo el film "Delitos y faltas", cuando Woody Allen confiesa a Mia Farrow: ”Es la única película que tengo.... la proyecto cada dos meses para mantenerme de buen humor.
Este brillante film que relata el paso del cine mudo al sonoro de la mano de una pareja de actores que en la vida real se odian pero han de fingir que se llevan tan bien como en la pantalla. G. Kelly, D. O´Connor y D. Reynolds cantan, bailan y derrochan humor, simpatía y energía en unos números musicales que ya forman parte de la historia, como Good Morning, buenísimos y elaboradísimos, y el tema central Cantando bajo la lluvia que muestra a un Gene Kelly bailando frenéticamente sobre charchos de agua y cuya imagen subido en una farola con el paraguas en una mano... icono del séptimo arte. No hay palabras para poder explicar lo que, para mí, representa esta película...Esta película es el cine, pura representación del arte cinematográfico. Se que hay películas técnicamente superiores, con interpretaciones y guiones superiores, pero esta es LA película, unión de espectáculo y calidad. Sus personajes son carismáticos, visualmente es preciosa, entretenida, es apasionante, tiene humor, romance, tiene números musicales que son la más absoluta perfección, y la mejor secuencia de la historia del cine... La representación filmica más perfecta que se ha hecho, y se hará de la felicidad. Consigue plasmar lo intangible en 4 minutos. Hay muchas otra películas a lo largo de mi vida han conseguido maravillarme, pero ninguna me ha producido ni me producirá la misma sensación que he sentido viéndola mas de una y otra vez. Es difícil catalogar a este musical como el mejor de la historia ya que es cuestión de gustos, lo que si es innegable es que es el más recordado, sobre todo el fragmento que da nombre a la película y aderezado con unos números musicales de una belleza y plasticidad demoledoras, que muestran la complicidad entre Donen y Kelly. Obra maestra indiscutible del musical, de la comedia y de la propia historia del cine, que narra una divertida sátira sobre el mundo del cine, en su transición del periodo mudo al sonoro. La dirección de Kelly y Donen es rabiosamente dinámica y muy moderna en la época en que fue rodada.
Mención aparte merece una maravillosa Cyd Charisse, cuya hipnótica aparición en el doble papel de ángel y demonio en el número "Broadway Melody", le valió el papel protagonista al año siguiente, en el musical "Melodías de Broadway,1955", junto a Fred Astaire, y el recuerdo imperecedero de todos los amantes del cine. El optimismo, la fuerza y la alegría de vivir que emanan del film, siguen siendo tan contagiosos en la actualidad, como lo fueron en el momento de su estreno. Las películas del género que he visto se basan en una puesta en escena que antepone la coreografía y los números musicales al guión, y está la danza o el musical, el encanto de esta película reside en que su humor es universal y blanco, además de que sus números musicales son magistrales. Ponerla un día de bajón, cuando el día este gris...y seguro que termináis con una sonrisa de felicidad. En eso consisten las pequeñas alegrías de la vida. Y sólo por eso, Stanley Donen ya tiene mi admiración y mi cariño OBRA MAESTRA.,,, este es el mejor musical que nunca he visto, y ello se debe, en gran parte, al magnífico guión que lo sustenta, un documento histórico en sí mismo de cómo vivió Hollywood el paso del cine mudo al sonoro, que tantas carreras gloriosas hundió y convirtió a los actores de simples gesticulantes en intérpretes completos. En el terreno meramente musical, la película esta cuajada de canciones y números musicales magníficos, desde la que da título al filme hasta la divertidísima "Made 'em laugh", pasando por la fantástica "Good morning", todas ellas clásicos del género. Y es que, quien se lleva el gato al agua en esta cinta es el maravilloso Donald O'Connor, un auténtico roba-escenas sin el cual esta película no sería lo que es.
Lo mejor que el cine ha dado dentro del género musical. Una película que en su estreno no tuvo mucho éxito pero que el tiempo la ha puesto en el lugar que le corresponde. Prácticamente perfecta en todos los sentidos, es una película que se puede ver una y otra vez y la sensación que produce siempre será la misma, una contagiosa adoración y una alegría de vivir. Es un musical, y no hay excusa. Si no la adoras es que no tienes corazón....o eres una persona obscura. Cuando a Arquímedes le daban un punto de apoyo, movía el mundo. Cuando a Gene Kelly le daban un paraguas, el mundo se paraba. Ya sólo quedaba él.... sólo podías mirarle.. Singin' in the Rain , o cantando bajo la lluvia, es una película que tienes que ver, antes de morir, es una película adorable, magnifica, sensacional, incluso llego a decir que es de las grandes obras del Séptimo arte, esta película siempre me había llamado la atención, pero nunca me decidía a verla, era muy joven y mis amigos me decían que esa película no valía, solo por el mero hecho de ser un musical....Cuando me decidi a verla, me pareció una magistral película, ver a Gene Kelly saltando en los charcos, sentí felicidad, alegría, admiración por Kelly, lo único que estoy deseando que pase, es que llueva para emular a Gene Kelly, esta película no solo es Kelly, si no todo el reparto esta sensacional, sobre todo el amigo Cosmo, la simpatía que derrocha es sublime, solo tengo buenas palabras de admiración hacia el film, por qué me pareció muy bella, pero esta me pareció como ya he dicho, una bella y encantadora obra de culto que todo mitómano tendría que ver.
Cuando a Stanley Donen le concedieron el Oscar honorífico hace unos años... (que vergüenza que no se lo dieran antes, cuando tuvieron al menos media docena de ocasiones para hacerlo y dejar el pabellón de los Oscars muy alto) dijo que era muy fácil hacer cine si te rodeabas de gente con talento. Esta claro que esta película es un claro ejemplo de gente con talento por todas partes, desde los guionistas, los músicos, el vestuario, la fotografía hasta los actores. Todos los actores están perfectos, G.Kelly baila y tiene una excelente vis cómica, lo mismo se puede decir de D. O´Connor (un actor no demasiado reconocido), D. Reynolds está perfecta en su papel un poco "vecina de al lado" con buen corazón y con talento, pero dejo para el final a las mejores: J. Hagen divertidísima en su papel de diva del cine mudo con voz imposible, y C. Charisse con un número de baile de lo más creativo y bello del cine musical. Cuando ves una película como ésta te das cuenta del porqué al cine se le llama arte, y porqué el Hollywood de aquella época era dorado e irrepetible....!! A sus pies Sr Donen !!. La danza es uno de los medios más naturales que tiene el hombre para expresar lo que no sabe decir. Y lo que el hombre nunca ha sabido explicar con palabras, es alegría, palabra que resulta imprescindible a la hora de hablar de esta película. Donen y Kelly la elevan a lo más alto, dedicándole un poema de amor. Un poema de amor a la alegría que contagia hasta hacernos cómplice. Y casi sin darnos cuenta nos encontramos bajo la lluvia y ya no tenemos escapatoria posible. Ahora ya es demasiado tarde para cualquier intento de acercamiento critico para analizar la película, pues nos privaría del entusiasmo, la alegría y la vitalidad contagiosa que nos proporciona su contemplación. Y en ese momento en el que un paraguas apunta al cielo, nos sentimos tentados de saltar por las aceras y farolas en la oscuridad de la sala. Sentimos una emoción profunda que conlleva toda felicidad. Sentimos simplemente alegría. Es la escena que mejor expresa sin palabras mi sentimiento hacia la historia del cine. Una vez dijo Donen que tenía un profundo respeto a la alegría. De eso no nos cabe la menor duda, Señor Donen.
Un film que profundizó definitivamente en esa renovación del género que ya había apuntado la pareja Stanley Donen y Gene Kelly en "Un día en Nueva York" (On the Town, 1949, integrando los números musicales en la propia acción, en la propia historia de la película, y superando de este modo la condición de insertos que habían tenido hasta entonces. "Cantando bajo la lluvia" es el brillante resumen de una determinada época del musical y de sus concepciones coreográficas. Lo que cerraba el film no es el género, sino un modo de entenderlo que, al margen de que se hubiera hecho la película, había desaparecido de los teatros neoyorquinos. La aparatosa ingenuidad del viejo Broadway, la euforia de sus números monumentales había muerto para dar entrada a un trabajo de mayor riqueza técnica. Gene Kelly, como bailarín y coreógrafo, es un ejemplo. De ahí la eficacia del film, que es un Broadway de los últimos años veinte y primeros años treinta recreado por un hombre de los años cincuenta. Algunas películas poseen una innata y sorprendente capacidad de superar el paso del tiempo, las modas y los estilos, permanecen frescas y brillantes como en el momento que fueron creadas. Han transcurrido 61 años desde la realización de “Cantando bajo la lluvia” y la he vuelto a ver y disfrutar como la primera vez, la magia de sus imágenes y su poder de fascinación siguen intactos. Auténtica obra maestra del género musical, es la muestra de los sistemas de producción de Arthur Freed en la época dorada del musical de la Metro y de la sabiduría de este dúo, artífices anteriormente de “Un día en Nueva York”. Los créditos declaran que el film ha sido sugerido por la canción “Singing in the rain”, cuando se trata solo de un número musical gozoso en el que el enamorado expresa toda su felicidad cantando y danzando por la calle, sin importarle la lluvia. Mejor es informar que el guión de Adolph Green y Betty Comden – la pareja de autores ya clásicos que aparecen cariñosamente caricaturizados en “Melodías de Broadway 1955”, de Minnelli – quiso ser un homenaje y, a la vez, una sátira del cine de finales de los años 20, cuando el éxito de “El cantor de Jazz” para la Warner obligó a los demás estudios a abandonar sus proyectos silentes y meterse de lleno en el rodaje de películas sonoras. Cuando alguien le preguntó a Gene Kelly quién era el verdadero autor de un musical, respondió sin vacilar “No hay autores en los musicales, es imposible”. Quería expresar que la autoría se reparte entre toda una serie de artistas, cada uno de los cuales cuida de una parcela del espectáculo. “Cantando bajo la lluvia” es el resultado de la dirección, de la historia de Comden y Green, del diseño de producción de Cedric Gibbons, de la música de Nacio Herb Brown y las letras del propio productor Arthur Freed. Y eso sin considerar que nada hubiera sido igual sin las facultades de Donald O´Connor, si Debbie Reynolds no fuera “la niña que nunca tiene que estar en una tarta” o si Jean Hagen no hubiera poseído tanta capacidad de auto parodia.
Nos hallamos una vez más, ante una historia del cine dentro del cine, aunque la reflexión del arte de hacer películas es, en este caso, lúdica, e impregnada de una alegría de vivir que Donnen consigue contagiar al espectador en todo momento. A diferencia de otros exponentes del género, los autores consiguen integrar perfectamente los números musicales en la historia, resultando una obra perfecta. Cantado bajo la lluvia es una de esas películas que demuestran por qué el cine estaba considerado como el Séptimo Arte. Desprende energía positiva y vitalidad por los cuatro costados, es un placer volver a ver una y otra vez a su inolvidable trío protagonista bailar y cantar esos deliciosos números musicales. Un clásico con mayúsculas realmente emocionante y divertido en el que los números musicales son parte de la trama y que al igual que la más reciente The artist, habla de cómo la llegada del sonoro, cambió el cine para siempre.
En la memoria de todos quedará su irrepetible banda sonora y también otros números brillantes..
Obra maestra mas que recomendable.