PHILADELPHIA
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El comienzo de la película con la introducción de la magnífica canción de Bruce Springsteen, te sumerge de lleno en una de las mejores películas que he visto a lo largo de mi extensa trayectoria como critico de cine y cinéfilo, con unas interpretaciones que rozan la perfección, si es que existe. Los años pasan a velocidad de vértigo en todos los sentidos, y en el cine tal vez, mucho mas. Tenemos a dos jóvenes actores dispuestos a comerse la pantalla, en un lienzo sobre la hipocresía humana, mezclado con una letal enfermedad que, en aquellos años era apenas conocida. Si tuviera que resaltar un momento especial e inolvidable, sería cuando Hanks sale de la oficina de Washington a las calles de Philadelphia con fondo del tema de Springsteen y esa mirada perdida de uno de los mejores actores que nos ha dado el cine... ¡Son 20 segundos en los que no parpadeas para no perderte esa expresión!... Magnífico. Era la primera que Andrew Beckett escuchaba ópera, y María Callas consigue engancharnos por completo durante esos fabulosos cinco minutos de cine supremo. Para mí es el mejor film de Jonathan Demme...
El film retrata las miserias del ser humano y viene a denunciar la marginación y el rechazo, que sufrían y que todavía siguen sufriendo, los enfermos de esta terrible enfermedad llamada SIDA.
Con un gusto exquisito, el director a través del personaje central, que magistralmente interpreta Tom Hanks, nos va introduciendo en la dureza a la que se tienen que enfrentar a diario los enfermos de la cruel enfermedad. Pues no sólo pierden su salud, sino que pierden todo, incomprendidos por una sociedad que tiende a olvidarlos. Merece la pena visionar mas de una vez esta película, por la denuncia social que contiene y porque en el fondo, se asemeja mucho más a la realidad, que a una simple historia de ficción llevada a la gran pantalla. Si por lo menos, logra hacer que piensen y recapaciten, todo el equipo de "Philadelphia" habría logrado su mayor éxito. Nunca en la historia del cine se ha intercalado un aria operística con tanta desgarradora intensidad como en esa escena en la que Tom Hanks nos puso los pelos de punta desgranándonos la esencia de una aria interpretada por Maria Callas. En esos momentos, cualquier ser humano puede amar la ópera.
Merecidísimo Óscar para Tom Hanks, que deja de lado sus papeles de comedia ligera y demostró al mundo entero que podía introducirse en la piel de cualquier ser humano.
-Además, nos plantea un problema de conciencia y
nos obliga a enfrentarnos con ella: ¿Cómo afrontaríamos cada uno de nosotros esa
cuestión? ¿Cómo actuaríamos si nos viéramos en un caso semejante? ¿Seríamos tan
despiadados como los abogados del film? ¿Actuaríamos de forma razonable y
justa?.-
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Tom Hanks, es un gran actor que, aunque sea el prototipo de lo políticamente correcto, arriesga en un papel muy difícil y hace una interpretación magistral llegando a estremecer en la secuencia donde suena "La mamma morta", con toda su grandeza y pasión, mientras la cámara penetra en el interior de su alma. Para El silencio de los corderos, Demme urdió una planificación que engrandecía actuaciones ya de por sí espléndidas, aquí su controlada dirección se centra también en los actores, acreditando grandes cualidades en dicha materia, con un final emotivo con imágenes de la infancia de Andrew escuchándose las notas de Philadelphia de una de las canciones más tristes que se han compuesto. En el cine donde yo hace años la ví, todo estaba acompañado por ahogados sollozos que el público era incapaz de contener. En Philadelphia se muestra con claridad la dicotomía entre la forma y el fondo y las diferencias que entre uno y otra pueden darse. Comencemos con la forma, obviemos el fondo por un momento. ¿Qué es Philadelphia? Un film de juicios hollywoodiense con drama de fondo con buena factura, holgados medios, reparto más que adecuado, director de solvencia más que probada y por supuesto la canción de Springsteen. El fondo: la contundente y a la vez equilibrada puesta en escena de un tema tan delicado como el SIDA. Más aun tratándose de un homosexual. Y el hecho de que sea una película con grandes estrellas, producida por un gran estudio es muy importante a la hora de dirigir un mensaje de denuncia hacia la discriminación que sufre tanta gente por padecer el virus. Porque al fin y al cabo, si la película es una joya pero no es vista por casi nadie esa labor de denuncia, quedando a veces injustamente paralizada a pesar de sus méritos artísticos. En mi opinión, el principal valor de Philadelphia es poner sobre la mesa, enfrente de las retinas del público temática tan delicada. Y hacerlo como cine comercial de calidad. Ahora bien, ¿realmente el cine, el arte en general, tiene la capacidad de concienciar a la gente, de hacerla moverse por lo que creen justo tras el visionado de una obra? Lamentándolo mucho lo dudo. Una determinada obra puede ayudar a concienciarse a una minoría sobre un determinado tema, y eso ya es un logro, pero no nos engañemos; jamás moverá masas. Aun así, creo que en este caso ofrecer una visibilidad de la que hasta ese momento carecía el tema me parece digno de admiración. Recientemente se han publicado las declaraciones del arzobispo de Bruselas, máximo responsable de la Iglesia en Bélgica, afirmando que el sida es un acto de "justicia". Cuando aun surgen de vez en cuando opiniones como esta, está claro que no hemos avanzado gran cosa en el tema de la aceptación de la enfermedad. Por no hablar de la gran labor que hace la iglesia católica en África fomentando la pandemia. Soy así y arderé en el infierno.
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La homosexualidad y el sida se muestra con bastante sutileza en un principio, porque hay que citar la importancia que tiene la homosexualidad en la película y su relación directa con el contagio. Si un portador del virus ya es tratado como un apestado a esto se le une una moral cristiana que condena esa homosexualidad y la señala como causante del drama. No es lo mismo contraer el SIDA por una transfusión que por mantener sexo sin protección. Hasta para la tragedia hay clases: la primera víctima lo es de un lamentable accidente, la segunda se lo ha buscado. A pesar de la predecible evolución del abogado interpretado por Denzel Washington hay una cosa que no comprendo muy bien, o tal vez lo tenga claro.... ¿Por qué acepta el caso?¿Lo acepta después de la escena de la biblioteca porque cree que es su deber defender lo que es justo a pesar de su homofobia como dirá posteriormente? Suena bonito, pero no me convence después haber evidenciado tanto su cinismo. De todas formas, la evolución más interesante es la de Tom Hanks, en este caso interpretativamente, desde el alegre ambicioso del comienzo hasta el moribundo del final. El resto del reparto, sin destacar tanto, también ofrece una interpretación ejemplar (entre ellos la que habrá sido durante décadas una de las mujeres mas envidiadas del mundo y una excelente actriz: Joanne Woodward). Y es curioso que lo mejor que ha hecho "Antonio" en Hollywood haya sido en sus primeras películas, empujado por su mentor, Almodóvar. No quería obviar el hecho de que el personaje de Tom Hanks es víctima de una fría burocracia movida exclusivamente por intereses económicos dispuesta a hundir a cualquiera que no esté a la altura o que ponga en peligro la maquinaria capitalista. En este caso es un bufete de abogados, pero podría tratarse de cualquier tipo de empresa. "Si nos pones en peligro, o peor aun, si creemos que nos pones en peligro sobras". Y no hay que olvidar, y esto creo que es importante, que ese mismo personaje pertenecía encantado a ese engranaje hasta que apareció su tragedia. A pesar de las palabras del final, su vocación de buscar justicia etc... ¿Buscar justicia en un gran bufete de abogados? El jurado se lo creería, yo jamás.
Quería puntualizar también que a pesar de sus endebles defectos, es un film
grande y emotivo. Por la actitud de su familia y su entorno, por la naturalidad
y poca exageración con que trata la homosexualidad, porque no se abusa de el
patetismo del tema, porque
el happy end es imposible ya que ganar el juicio no deja de ser una victoria
pírrica y porque la película concluye de forma hermosa: con las imágenes de la
infancia, donde el niño que fue está tan lejos de la tragedia, de la injusticia
y
de la impureza. Se vuelve a un mundo en el que todos somos
iguales, utopía esta, porque los adultos jamás conseguiremos. Por mucho que así lo
afirmen los padres de la patria, ya sea en Philadelphia o Paris. El mundo es
bello pero creado por una mano izquierda que se pierde en los océanos del
tiempo.
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Un abogado joven, bella persona y bueno con todos los de su alrededor, desde su
madre hasta la secretaria de su oficina, una persona querida por todos, incluso
para los mejores y más prestigiosos abogados de Philadelphia. Abogado en su trabajo, con pareja estable en su vida privada, la cual un día tuvo un error de infidelidad en unos años donde comenzaba
el tema del sida y sus problemas.
De aquí surgirá el comienzo de la decadencia de una persona por su enfermedad
pero la cual mantendrá sus valores y dignidad por encima de todos esperando que
los de su alrededor la respeten. Se muestra lo cruel del ser humano ante la homosexualidad, ante los
enfermos de sida, como hombres que parecen tenerlo todo en la vida y un alto
estándar social pierden los valores humanos humillando al pobre enfermo,
despreciándolo y machacándolo. Es la lucha del hombre por recuperar su dignidad como abogado y ser
humano.
Un ejemplo de respeto por todos aquellos independientemente de su raza, religión
u orientación sexual, temas totalmente de actualidad aunque la información que
recibamos sea más completa.
También nos presentan unos valores familiares sorprendentes, una familia que
ama a su hijo, una madre que se siente orgullosa de su homosexualidad, asumiendo con
dignidad la enfermedad que por desgracia este contagió. Mucho valores destila
Philadelphia, aunque pueda resultar a veces triste y
sórdido, pero llena de dignidad.
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SI TE GUSTA EL BUEN CINE TE RECOMIENDO QUE VEAS NUEVAMENTE EL FILM...AUMENTARÁ TU AMOR POR ÉL Y TE CONMOVERÁ DE PRINCIPIO A FIN.
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