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 TARA

 

UN NOMBRE INMORTAL


 


 

 

 

 

Siempre que me refugio en mi CINEPARAISO, no puedo evitar rodearme de los momentos y secuencias que han marcado mi vida. Es como si contemplase un cuadro, y yo pudiese introducirme en el paisaje como una vulgar Alicia en el país de las maravillas, y hasta recibo el aroma a tierra mojada, siento el aire en el rostro y tropiezo con esos personajes inolvidables de mis películas fetiche. Puedo parecer un fantasioso, un descerebrado que vive de la magia que le proporciona el cine y señores, no lo es en absoluto, el cine forma parte de mi existencia, él me ha resucitado, me ha dado ilusión, vida, creatividad y una manera maravillosa de poder expresar estos sentimientos escribiendo en mi Web. Dejando aparte a mis dos hijos, no creo que haya nada en el mundo que mas me plazca que contemplar esas películas que me formaron como hombre y como cinéfilo. Es obvio decir que la tierra roja de la plantación de Tara es mi suelo por donde camino miles, millones de veces, y sueño, sueño y aunque los sueños, sueños son.....para mi es un maná que me mantiene vivo. Noto mis pisadas por los campos que conducen a la residencia de los O'hara, y me enfundo como una desaliñada Escarlata, cuando corre como desesperada a su vuelta de Atlanta y golpea la puerta de su Tara, hasta que sorprendida ve el rostro de su padre abriendo. Todo lo que rodea esta historia está plagada de algo especial, algo que te ata ante la pantalla, de lo que no puedes prescindir mas y así esta siendo a pesar de los muchos años que mis ojos se bañaron de su rojo cielo. No puedo expresar mejor mi amor total por esta película, es mi punto de referencia y creo que muy justamente se la ha denominado "El film de todos los Films". LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es una obra maestra, de culto, de mil enseñanzas, pero ante todo sigo sintiendo el placer inconfesable de estar CAMINANDO POR LA TIERRA ROJA DE TARA y oliendo nuevamente su tierra mojada. Es Tara, también es mi hogar, y estando en ella, las cosas se piensan mejor... por eso siempre "Mañana será otro día", pero otro día en el que poder penetrar como la heroína de Lewis Carroll, en ese cuadro majestuoso de una casa que vibra por si sola, en una plantación de algodón a la que sus dueños bautizaron una vez con el nombre de TARA. 

Cuando se piensa en los grandes Films que jalonan la historia del cine, se suele decir que es una película de tal o cual director, una obra maestra de éste o de aquél. Pero GONE WITH THE WIND, es la obra cumbre de toda una industria cinematográfica, la obra maestra de un productor y de un equipo de artesanos con un objetivo común: Hacer el mejor film de la historia cinematográfica estadounidense hasta esa fecha. Bajo su dirección estuvieron George Cukor, Sam Wood, David Selznick y Víctor Fleming, que fue quien la acabó y quien rodó toda la segunda parte. Su banda sonora da una redondez brillante al esplendoroso trabajo de Max Steiner, con ayuda de William Axt y a Franz Waxman, además de poner la orquesta de la Warner, como también a Adolph Deutsch, Hugo Friedhofer o Heinz Roemheld. No hay nada más que ver la cantidad de los nombres que trabajaron para esta producción para darse cuenta de las dimensiones del proyecto en aquella época. Luego está el guión, un guión cuyas frases se han hecho célebres a lo largo de décadas, con magníficos diálogos de inolvidable memoria que vertebran el curso narrativo de una historia imperecedera que no decae en ningún momento y que va acelerando el corazón del público conforme avanza su metraje. Un guión igualmente de equipo, con Sidney Howard a la cabeza, y ayudado por talentos fuera de lo común como eran Ben Hecht o Jo Swerling. En los estrenos de 1939 pocas fueron las actuaciones que se pudieron ver en las salas de cine tan subyugantes como las que aportaron las actrices y los actores de LO QUE EL VIENTO SE LLEVO... Si uno analiza los trabajos de Vivien Leigh, Clark Gable, Olivia de Havilland o de los inolvidables secundarios como Thomas Mitchell, Hattie McDaniel, Ward Bond o Harry Davenport, junto con la aportación de Butterfly McQueen como 'Prissy', se advierte que pocos filmes de estas características desarrollan un elenco de tanta calidad como en 'GONE WITH THE WIND'. Fotografía, vestuario, maquillaje y peluquería así como el decorado con esas máscaras pintadas como fondos, auténticas obras de arte de diseño y pintura, sumaron detalles de una enorme calidad artística que hicieron a mi juicio el mejor melodrama épico de la Historia. Un drama, por otra parte, que se zambulle en otros géneros; en el bélico a través de los temas de la barbarie y la sinrazón de la guerra, y en el del oeste a través de las cargas de la caballería y el expolio a los civiles. Toda una obra maestra absoluta que perdurará en la memoria de quien la contemple bajo los acordes de 'El tema de Tara' de Max Steiner, de quien el célebre compositor Leonard Bernstein afirmó en su día que, ninguna música como la de Steiner, exportó tanta popularidad de la cultura musical americana al extranjero.

 

La novela de Margaret Mitchell, era a finales de los años 30 uno de los libros más vendidos de los EE.UU,lo que había impulsado a varios productores a interesarse por ella. Pero este interés no sobrepasó nunca los primeros contactos, puesto que tanto MGM como RKO o Warner Bros consideraban un riesgo excesivo y una hazaña poco menos que imposible llevarla a la pantalla. Fue, sorprendentemente un joven productor independiente, David O. Selznick, quien adquirió los derechos de la obra por la entonces fabulosa suma de 50.000 dólares. Selznick, que había trabajado como jefe de producción de MGM y RKO, estableció en 1936 su propia productora, la Selznick International Pictures, de la que salieron films tan notables como El jardín de Alá, El tercer hombre, Estación Termini, Jennie, Duelo al sol,y la trilogía Hitchcock Rebeca, Recuerda y El proceso Paradine. David O, Selznick era un hombre meticuloso, exigente e iracundo, amén que movido por una «política de calidad», heredada sin duda de su pasado en la Metro, Selznick contrató de inmediato para la dirección de la película que certeramente intuía que había de ratificar su naciente empresa a George Cukor,  impulsado probablemente por la fama de éste como director de actrices, e igualmente por una cuestión de prestigio, encargó la realización de los decorados a William Cameron Menzies y Lyle Wheeler y del vestuario a Walter Plunkett. También pensó en Clark Gable para el papel de Rhett Butler, entrando en tratos con MGM, con quien Gable tenía un contrato en exclusiva. A pesar de que los máximos dirigentes de la productora, al igual que el propio Gable, creían que el actor más adecuado podía ser Gary Cooper, Errol Flyn o Ronald Colman, Selznick se negó a admitirlos y Gable tuvo que aceptar un tanto a la fuerza un papel que no le apetecía,(su contrato le impedía rechazar cualquiera de los que la firma del león le propusiera). Además de Gable, la Metro participaría en la producción con 1.250.000 dólares sobre un presupuesto total de 3.700.000, o sea con la tercera parte aproximadamente, recibiendo a cambio los derechos de distribución y un porcentaje sobre los beneficios.

Cuando GONE WITH THE WIND se estrenó en un Londres bombardeado por la Luftwaffe, fue un éxito descomunal y se mantuvo en cartel durante cuatro años. A ambos lados del Atlántico la gente amaba una película que era una recreación majestuosa de toda una casta y un punto de vista muy personal sobre la esclavitud, Era el retablo de un paraíso perdido cuya gracia y armonía dependían en parte de los negros. Y sin embargo, hay que estar hecho de acero blindado para no conmoverse con el tema de Tara, mientras Vivien Leigh jura que nunca pasará hambre, mientras la música de Max Steiner evoca jardines de rosas, cielos estrellados y deseos de revancha.

Cuando LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ se estrenó en Francia fué en la posguerra, porque Goebbels la había prohibido durante la Ocupación, los espectadores la vieron como una historia de invasión y supervivencia. Los prisioneros políticos bajo el genocida Mengitsu, en la Etiopía de los 70, encontraban consuelo con las copias que les llegaban clandestinamente. Cada tribu, cada nación, veía en la película su propia historia de resistencia, la victoria de la civilización sobre la opresión, siendo el opresor el que mejor convenga: Los yanquis en Estados Unidos, los nazis en Europa, el Terror Rojo en Etiopía o los dictadores en Grecia... LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, escribía historia hasta mas allá del Atlántico... Con más de 250 millones de espectadores, es la película mas vista de la historia, y con CIUDADANO KANE, CASABLANCA y la trilogía de EL PADRINO, comparte los honores de encabezar el ranking de excelencia. Después de mas de 70 años sigue seduciendo con el indiscreto encanto de su melancolía, de sus casi cuatro horas y de sus records, algunos de los cuales no se ha llevado el viento: tres de sus frases aparecen en el top de las citas más famosas del cine; en el multitudinario casting para elegir a la protagonista participaron 1.400 actrices, tuvo cinco directores, 15 guionistas y un presupuesto de cuatro millones de dólares de la época, pero su recaudación, estimada en unos 400 millones de dólares, la convierte en el negocio más rentable jamás filmado.

 


Yo, desde que ví la película en el desaparecido Palacio del Cine de Madrid, no he vuelto a ser el mismo, es mas, ahora veo el cine como algo mágico, cercano, como si este drama de amor y guerra, fuera una vida uniéndose a mi existencia, y buscaba y buscaba entre la poca información que se tenía en aquel periodo dictatorial franquista: laminas, comentarios, libros, criticas y todo ese mundo enorme que podía relacionarse con GONE WITH THE WIND. Me sentía un erudito en todo lo relacionado con aquella película de enorme metraje. Caminaba por Tara...olía a lluvia, y admiraba hipnotizado un bello rostro de mujer. Todo esto sigue a mi lado, y lo hago ahora con mayor motivo, porque aún siento mis pies mezclarse con su tierra roja, por los campos de algodón, y si levanto mi vista, la residencia de Tara emerge majestuosa ante mi, como un templo, donde sus amplias columnas siguen siendo testigos de una vida de familia destruida, entre el amor, la guerra y la ambición. Tara es mi lugar sagrado....siempre regreso allí cuando quiero volver a ser yo, y este es una de esos momentos.  

Si existe un film, una película que resuma por sí sola la época dorada del "Gran Hollywood», que ilustre el por qué de la fascinación que el cine ha ejercido sobre muchas generaciones de espectadores, éste es sin duda LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, premiada por diez Oscars y con un clamoroso triunfo en todos los puntos del globo en que ha sido estrenada, la película de David O. Selznick, puesto que de un film «de productor» se trata, ha conocido numerosas reposiciones, coronadas invariablemente por el fervor popular. De todo ello, sin embargo, me atrevería a asegurar que lo último ha superado todas las previsiones. Admirarla en formato remasterizado en DVD con entrevistas y detalles que hasta ahora se desconocían, hacen de este monumento al cine, algo imprescindible y diría que obligatorio de tener en casa como una joya de gran valor cinematográfico. Nada se le puede comparar.

 Los cientos de problemas que surgieron mucho antes de comenzar su rodaje fueron infinitos y en muchas ocasiones el propio Selznick quiso tirar la toalla, pero su fanatismo por la obra de Margaret Mitchell, siempre emergía victorioso, con ideas, creatividad, y su desmedido afán por llevar al cine el drama sureño, le mantenía vivo. En lo que no estaba decidido todavía, y tardó más de un año en estarlo, era la elección de la protagonista femenina. Después de lanzar al efecto una campaña de prensa, no exenta de motivos publicitarios, se presentaron al estudio centenares de actrices y se hicieron multitud de pruebas. De las tres candidatas iniciales: Bette Davis, Katherine Hepburn y Tallulah Bankhead, ninguna convencía a Selznick. Bette Davis estaba unida por contrato con Warner Bros., productora que proponía a Selznick unas condiciones similares a las que posteriormente éste firmaría con MGM, pidiendo el papel masculino para Errol Flynn. Probablemente, la Davis era la actriz que mejor se adaptaba al personaje, Bette hubiera estado magnifica dando vida a Escarlata, por el que Margaret manifestaba una notoria adversidad, acumulando en ella la codicia, la coquetería, la vanidad y la falta de escrúpulos con tal de conseguir sus propósitos. Aspectos que en la versión cinematográfica quedarían disimulados por la magistral interpretación de Vivien Leigh, cuya apariencia ingenua refuerza la pureza de sus sentimientos y hace disculpables sus excesos. Finalmente el proyecto con Bette Davis se desechó también al negarse a aceptar como pareja a Errol Flynn, actor que juzgaba mediocre, mujeriego, borracho y homosexual. Por su parte, la RKO proponía a Katherine Hepburn, quien si bien contaba con el carácter y la decisión necesarias, le parecía a Selznick poco atractiva, condición indispensable para su venerada Escarlata. En cuanto a Talullah Bankhead fue rechazada por considerarla demasiado mayor, para las escenas iniciales en que la protagonista celebra su dieciséis cumpleaños. Igualmente desfilaron para la obtención del codiciado papel: Lana Turner, Susan Hayward, Paulette Godard, Norma Shearer, Miriam Hopkins, Carol Lombard, Loretta Young, Jean Arthur, Lucille Ball, Joan Bennet e incluso Olivia de Havilland, que encarnaría el papel de la dulce Melania, después de haber sido rechazado por su hermana Joan Fontaine. De algunas de estas pruebas se conservan copias, visionadas hace tiempo en un estupendo documental pasado por televisión, que habría sido el complemento ideal del film de tener los programadores un poco más de imaginación.

 

Sin haberse decidido todavía quién sería Escarlata O´Hara., William Cameron Menzies comenzó a rodar las escenas del incendio de Atlanta, destruyendo antiguos decorados del estudio con la doble finalidad de utilizarlos por última vez y de limpiar los grandes platós que el guión requería. Al parecer, y según cuenta la propia Vivien Leigh, fue precisamente la noche del «incendio» cuando le fue presentado Selznick, quien concertó con ella una prueba de rodaje como había hecho con las anteriores aspirantes. Vivien Leigh, de origen inglés pero nacida en la India, era conocida por el público americano únicamente por su actuación en el segundo papel femenino de Un yanqui en Oxford, producción MGM rodada en Inglaterra y protagonizada por Robert Taylor, Maureen O'Sullivan y Lionel Barrymore, siendo el motivo de su estancia en Hollywood el haber ido a reunirse con Laurence Olivier, en pleno rodaje de Cumbres borrascosas. Quiero señalar que el relativo «descubrimiento» de Vivien Leigh, con 26 años frente a los 38 de Clark Gable, en la cumbre de su fama, se vio reflejado en el primer cartel anunciador del film, al ir precedido su nombre como: «and presenting», posteriormente fué eliminado al obtener el Oscar de la Academia por su interpretación.

LO QUE EL VIENTO SE LLEVO es una referencia para mi en muchos sentidos, es cine puro y duro, realizado hace mas de 70 años, con especialistas seleccionados con lupa y con una factura que hace de la película un clásico entre los clásicos. Comprendo que habrá muchos cinéfilos que no estén de acuerdo conmigo, y siento lastima por ellos, nunca podrán sentirse plenos, ansiosos por descubrir detalles sobre el film, seguir venerando a una actriz como Vivien, cuya admiración te lleva a seguir su vida, su enfermedad, su amor por Larry Olivier, sus obras teatrales, su metamorfosis siempre dispuesta. No concibo otra Escarlata que no sea Vivien, ella lo sabía y vivió toda su vida, obsesionada por el personaje que la lanzó hacia lo mas alto. Hasta su cama era una replica de la utilizada en el film. Vivien era mucho mas que una actriz, reunía el encanto, la soberbia, la coquetería y el drama de las mujeres que se marcan a fuego en el corazón de los hombres y bañarse en sus ojos, pueden creerme, es uno de los mayores placeres que he sentido. Si LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ es una referencia, Vivien Leigh es la razón de que todos los que llevamos el cine en vena, podamos seguir caminando por Tara con los ojos bien abiertos....con la esperanza de encontremos a una muchacha de 16 años, con un traje blanco maravilloso, corriendo al encuentro de su progenitor.

El rodaje se inició el 26 de enero de 1939 y duró hasta el 27 de junio del mismo año. Los problemas, sin embargo, no estaban terminados: no habían hecho más que comenzar: Habiéndose confiado el guión a Sidney Howard, éste se negó a desplazarse a Hollywood, como era deseo de Selznick, y se limitó a remitir una primera versión dialogada del texto original que significaba unas seis horas de película. Para reducirlo, Selznick contrató a Scott Fitzgerald, Olivier H. P. Garret y posteriormente a Ben Hecht, quienes fueron también despedidos a causa de sus desavenencias con el productor, el cual intervino también en la redacción definitiva del guión. Algo similar ocurrió con el director, George Cukor, que igualmente se vio forzado a abandonar el film a las tres semanas de iniciado, a consecuencia del descontento de Clark Gable, que creía ver en su atención por los detalles una incapacidad para dar al conjunto el aliento épico que requería, y también por culpa de ciertos roces que venían de años antes, cuando Gable ejerció de chapero en Los Angeles, el actor temía que eso se supiera y dado el carácter homosexual de Cukor, hasta que no consiguió relegarlo a un tercer lugar no paró. Tengamos en cuenta que la relación entre David O. Selznick y el actor era muy grade. Su expulsión fué un duro revés para las actrices Vivien Leigh y Olivia de Havilland, que confiaban más en él que en su sucesor Víctor Fleming, según se rumoreó, Vivien Leigh y Olivia siguieron entrevistándose secretamente con Cukor para pedirle consejo sobre aspectos de sus personajes.
 

VICTOR FLEMING

Las durísimas condiciones de trabajo, (16 horas diarias) y las exigencias cada vez mayores de Selznick repercutieron también en Fleming, quien abandonó víctima de una crisis nerviosa, siendo sustituido por el prolífico e irregular Sam Wood. Los cambios alcanzaron asimismo al inicial director de fotografía Lee Garmes, que fue reemplazado por Ernest Haller. Finalmente, Selznick eligió para la música a Max Steiner, el compositor más acreditado del momento y con el que había trabajado anteriormente, a quien se debe una banda sonora inolvidable por muchos lustros que pasen, y cuyo tema principal: Tara, sin menosprecio a otras bandas muy conseguidas, forma parte ya de la historia del cine. Aunque sólo sea a título de curiosidad y atendiendo al hecho de que Víctor Fleming, director oficial del film, fue únicamente responsable de la mitad del rodaje, parte sin embargo nada desdeñable, que comprende la mayoría de las escenas entre Escarlata y Rhett en solitario, transcribo a continuación la clasificación establecida por Michèle Ruby de las secuencias realizadas por los restantes directores; aun teniendo en cuenta que muchas de ellas fueron estrechamente supervisadas por el propio Selznick quien además se encargó personalmente de la famosa escena de la estación de Atlanta, resuelta por medio de una grúa de 40 metros de altura que permitió el gigantesco travelling que encuadra a 25.000 figurantes, la mitad de los cuales eran maniquíes. A George Cukor, pertenecen las escenas de Mammy atando el corsé a Escarlata, el baile de caridad para recoger fondos para la causa confederada, el nacimiento del hijo de Melania, a base de siluetas, la visita de Rhett a Escarlata con el sombrero traído de París y la secuencia mas que secuencia, que asimilé como un canto a la supervivencia, la libertad y el orgullo: La muerte del desertor yanqui de un disparo de Escarlata en las escaleras de Tara.
 

GEORGE CUKOR EN EL SET

Si tuviese que explicar lo que es el cine a seres de otra galaxia y que nunca hubiesen visto una película, les pondría esta para mostrarles lo que es. Con eso creo que lo he dicho todo. Para mí es la mejor película de la historia y seguramente lo seguirá siendo mientras el mundo sea mundo. Una obra maestra de la narración, de poesía visual y de analítica personal y sentimental del ser humano. Es increíble como un drama de tres horas de duración, pueda enganchar de tal manera. Su narrativa es tan perfecta, que es capaz de convertir una historia costumbrista y romántica de lo más corriente, en una experiencia que despierta los sentidos y las emociones y te mantiene en vilo hasta el final. Sus personajes son tan atractivos, tan vivos que pasan a ser parte de ti y nunca los olvidas, desde el primer protagonista, hasta el último secundario. Ambientación cuidada hasta el más mínimo detalle, vestuario, fotografía de color deslumbrante, iluminación impecable y sofisticada, música evocadora…En definitiva, una joya cinematográfica....No es una película, es "LA PELÍCULA". Jamás un film ha llegado tantísimo al corazón a muchas generaciones como LO QUE EL VIENTO SE LLEVO. Este film pone de manifiesto un gran argumento combinado con una inspirada y bella banda sonora y un retrato del viejo sur pre y pos-secesión, que alcanza cotas de documental. Jamás una película ha presentado un perfil psicológico de sus personajes tan elaborado. Es indiscutible que al acabar de verla, todos sabemos cómo son Scarlett y Rhett, lo que harían ante determinada situación o como contestarían probablemente a algún comentario. GONE WITH THE WIND, es un film completo: Acción, amor, intriga, historia y poder, todo se mezcla en esta obra maestra.
 

Yo amante de esta producción cinematográfica soy incapaz de terminar de verla sin sonreír con los comentarios de Butler, admirar la fuerza de Scarlett durante los tiempos difíciles, emocionarme con la dulce Mammy o decepcionarme por el final que depara a los protagonistas. Escenas tan inolvidables como la huida a través del fuego en Atlanta, Scarlett caminando entre los heridos de la estación, bajo la derrotada bandera confederada y, por supuesto, esa secuencia icono de generaciones, donde Escarlata jura envuelta en un enrojecido crepúsculo que, "Aunque tenga que estafar, ser ladrona o asesinar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre",....Aún siento que mi carne se eriza al rememorar tantos recuerdos y tanta perfección. LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es sin duda una de las mejores inversiones que se han hecho nunca. Un periodista dijo una vez por radio, que una película sobre la guerra civil americana nunca daría un centavo... Se equivocó, pues no sólo lo ha dado, sino que también ha creado un lugar mágico a todo un acontecimiento, al ser una de las cinco películas de toda la Historia del Cine que mas dinero recauda. Pienso que David O. Selznick, Víctor Fleming y Margaret Mitchell pueden descansar sabiendo que sus esfuerzos, preocupaciones, el trabajo realizado y sus aspiraciones han logrado un resultado mítico.

Scarlett es una belleza sureña de clase alta, acostumbrada a ser el centro de atención y provocando serlo con su imprevisible temperamento y fuerte carácter. Sus desventuras amorosas, incluidos sus encuentros con el mujeriego y cínico Rhett Butler, son el eje central de la historia. Todo ello enmarcado durante la guerra que enfrentó a norte y sur, cuando los primeros querían que se aboliera la esclavitud, fuertemente arraigada en el sur. GONE WITH THE WIND, es una superproducción a nivel técnico en la que todo es destacable: vestuario, magníficos decorados, su banda sonora y su bellísima fotografía. Afortunadamente sus cualidades no son sólo técnicas, la película cuenta con un excelente guión, centrado en una historia de amor y con personajes perfectamente definidos, capaces de mostrar un amplísimo espectro de emociones, cautivando al espectador. Clark Gable consigue ser más creíble como atípico galán y Vivien Leigh...¿que se puede decir de Viv?, ella es el arte mismo y lo demostraría años después por su composición de Blanche Dubois en UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, al lado del maestro Brando. Vivien pudo presumir a lo largo de su corta vida, de haber interpretado uno de los personajes más fascinantes, tanto de la literatura como del cine, bordándolo con hilo de oro a pesar de la complejidad del mismo, una personalidad que abarca todos los estados de ánimo... Por ella y con la imaginación trabajando al cien por cien, siempre en sus imágenes, busco la plantación, espero verla correr entre los matorrales, sujetando su amplio sombrero, mientras bajo mis pies está la tierra roja del Sur.. Lo único que el viento no se ha podido llevar.
 

¿Cuál es el secreto de su éxito?, Numerosos sociólogos ocasionales han desarrollado diversas hipótesis. Las más difundidas se atribuyen a la generalizada adhesión que Escarlata O'Hara despierta en el público, a la situación de posguerra que atravesaba Europa en el momento de su estreno. Hecho que posibilitó la identificación en la mayoría de los espectadores con el famoso juramento de: «A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre». Probablemente algo de cierto hay en ello, pero de poco sirve explicar la acogida que siempre ha despertado el film.. ¿Cansancio del cine actual, cada vez más abocado a callejones sin salida, efectos especiales, y  Films realizados sin amor? ¿Consecuencia de una sensibilidad «retro» que va más allá de la moda pasajera y consiguiente revalorización del «star-systern», matizado por el lógico distanciamiento que impone el paso del tiempo? ¿O, simplemente, el placer de visionar un film con sentido del espectáculo y la palabra, en el que todos sus componentes consiguen un equilibrio que hoy nos parece modélico y absolutamente perdido?

Todos los que escribimos, sentimos una imperiosa necesidad de trasmitir nuestros sentimientos, ideas y comentarios a otras personas. Seres que al igual que yo, bucean incansables entre la imaginación y la fantasía, solo que en algunos casos esta fantasía es una realidad que se palpa tangible, que salta, bombeando las venas que llevan una sangre que hierve. Para mi esta película es mas que un film, o una sucesión de bellas y coloristas imágenes de una historia que es mas nuestra que de la propia Margaret Mitchell. Doce Robles es la plantación por excelencia, en ella suceden acontecimientos que el paso de la guerra lo deja irreconocible, Tara es la tierra, las palabras de Gerald O´Hara son la Biblia y Atlanta la ciudad, el lugar donde el rojo es mucho mas que un color.... y así vamos acompañando a una llorosa Escarlata que, ruega, suplica y se arrastra ante las escaleras, mientras su esposo se va alejando, envuelto en niebla. No podría ser otro final, nadie puede cambiar una historia de orgullo, amor y guerra de forma diferente, lo que sucedería posteriormente es ese sueño que mil veces nos ha sobresaltado, porque LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, para los que llevamos muchos años estudiándolo, admirándole y amándole, es y lo repetiré siempre que me quede un soplo de vida; EL FILM DE TODOS LOS FILMS.

Poderoso melodrama que desafía impertérrito el paso del tiempo. Cumbre absoluta, y jamás igualada, de una forma de entender y de hacer cine, sigue siendo el mayor monumento erigido a un concepto del espectáculo cinematográfico, que el viento se llevó junto con el Viejo Sur americano, y que desgraciadamente no volverá jamás. Mítica e irrepetible, se ha ido convirtiendo con el paso de los años en un referente absoluto del Hollywood de la época dorada y en icono incontestable, no solo, del séptimo arte sino de la cultura occidental del último siglo. Es la película más vista de la historia, ejerce un poderoso influjo sobre los espectadores que generación tras generación se sienten fascinados por las pasiones desatadas, amores y odios, con la Guerra Civil americana como telón de fondo. Película de productor, con una gestación tan turbulenta y mítica como la propia película, es el milagroso resultado del encaje perfecto del inspirado trabajo de los mejores talentos de la época, bajo el férreo control del productor David O. Selznick, el hombre que hizo realidad un sueño, y auténtico artífice de la película. Incontestable obra maestra intemporal, GONE WITH THE WIND, se convirtió en pura leyenda del cine desde el mismo día de su estreno. Para la historia nos queda además el extraordinario diseño de producción de W. C. Menzies, responsable de la estética visual del film y pieza fundamental en la asombrosa unidad de estilo que mantiene la película a lo largo de todo el metraje. La absolutamente maravillosa Vivien con una interpretación sublime que ha pasado al Olimpo de los dioses, Gable que firma la interpretación de su vida, y el inolvidable tema de Tara compuesto por Steiner que se erige en síntesis y resumen del espíritu del film, y que representa, no solo, a la roja tierra de Tara sino a un CINE con mayúsculas. Una obra de culto que nos transporta a un tiempo pasado donde se podía soñar despierto con solo mirar una pantalla en medio de la oscuridad de una sala de cine. Absolutamente imprescindible.
 

Vayamos a lo negativo... En general no coincido con sus críticos, es sólo que no comparto sus posibles defectos. Es este un gran plato de formidables ingredientes, excelente cocina pero que ha sido servido frío. No se puede llevar un 10, pero bastaría con calentarlo solo un poquito para que fuera perfecto. Es un drama, pero qué historia que trate sobre una mujer liviana y superficial no lo parece. Es larga, pero qué película épica no lo es. Es bienpensante y más políticamente correcta que el libro, pero eran los tiempos del Código Hays, apenas 10 años antes no se podía tomar una cerveza a la salida del cine, es por tanto preciso ser comprensivo, dada la época de su realización. Y quizás el mayor defecto formal se deba a su estructura culebroniana, pero por cada 10 personas que hayan querido sacrificar una tarde por ver una película donde se narre la decadencia de una clase social vencida por la historia, 9 de ellos se habrán aburrido si eligieran EL GATOPARDO, la cual agrada más a los mas cultos de rigor.


Y ahora sigamos con lo bueno. Para los izquierdazos, antiamericanos y partidarios del cine público, intervenido o subvencionado, esta obra representa la perversión hollywoodiense; para el resto es una película de gran intensidad dramática, escenográfica y artística, fácil de ver hasta para una persona con poca cultura cinematográfica. Sí, Escarlata es una joven estúpida y odiosa al comienzo del filme, pero acaba siendo una mujer fuerte y emprendedora al final del mismo, y en esa transformación que dura 4 horas y que precisa de la muerte dé media docena de seres queridos, del hundimiento de su mundo, y de un hambre voraz, se asoman por la pantalla ecos del Nacimiento de una Nación, del Gran Desfile, de Cabiria, y todo ello en color... Ni podemos imaginarnos lo que significó para su época... Claro, ahora que todos hemos visto Ordet, Ciudadano Kane o 2001, podemos decir de ella que es facilona, caprichosa y demás, pero esas críticas delatan nuestro prejuicio. ¿O son deleznables los contraplanos expresionistas de Escarlata? ¿O es que da asco la banda sonora de Max Steiner? ¿Nadie ha deseado ser como Rhett Butler?, podrán decir, mintiendo como cosacos que está mal interpretado... No señores, LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es un film monumental, bello, redondo, entretenido, tan fundamental para la historia del arte popular que hace innecesario el uso de las criticas personales. Es mi fuente de inspiración, el film que mas amo y amaré eternamente, porque creo que es un film sobresaliente y aunque algunos "entendidos", digan lo contrario...
 

Mientras estoy escribiendo suena en mi equipo de música, la evocadora música compuesta por Max Steiner. El último tema del cd se llama «Return to Tara». Estas notas iluminan mi mente el momento, mágico y espectral, en que un parpadeo de la luna entre las nubes descubre a los ojos de Escarlata la imagen de una Tara en ruinas. Es una escena que me recuerda a Joan Fontaine, o si se prefiere, la señora de Winter, cuando vislumbra su antiguo palacio de Manderley. Creo que la música tiene razón: es necesario volver a Tara, como es necesario visitar Manderley. Dos reencuentros, con dos mansiones situadas fuera del tiempo y de la realidad. Soleada y vivaz la primera, oscura y amenazadora la segunda, pero similares ambas no sólo por haber sido diseñadas por el mismo arquitecto: Lyle Wheeler, o por pertenecer al mismo David O. Selznick, sino por formar parte de la leyenda del cine, de la memoria selectiva del espectador o del mundo mágico del sueño de los sueños

 

Del conjunto de los cuatro protagonistas, el personaje de Escarlata es el que posee mayor relieve psicológico, mientras el de Rhett resulta el más lúcido a la hora de enjuiciar los hechos que tienen lugar a su alrededor, hasta el punto de erigirse como la conciencia crítica de los mismos. A él pertenece la certera descripción del Sur como una tierra de «algodón, esclavos y arrogancia», y sus comentarios mordaces a los manejos de la protagonista no desagradarían al propio Oscar Wilde. Desde decirle que "no tiene corazón, pero ese es uno de sus principales atractivos", hasta la famosa réplica final, cuando Escarlata intenta inútilmente retenerlo suplicándole: «Si tú te vas, Rhett, ¿qué va a ser de mí?», a lo que él responde, displicente: «Francamente querida, eso me importa un bledo».  Pero mucho antes de esta secuencia final, se nos regala el paso del entusiasmo orgulloso del Sur al desastre y a la miseria, se produce la transformación de la jovencita coqueta en mujer adulta, apasionada y ambiciosa. El papel de Escarlata O'Hara, más que un personaje específico, representa el espíritu de un país para el cual el éxito social y el triunfo económico son los máximos objetivos, No deja de ser sorprendente, desde este punto de vista, que un prototipo tan clásico como el de Escarlata mantenga evidentes similitudes con el de María Braun, la heroína del film de Rainer W. Fassbinder. Ambas parten de una situación de posguerra y se proponen ante todo «hacerse un porvenir». Ambas realizan su escalada social a través de encuentros con diferentes hombres. Ambas permanecen fieles a un quimérico amor que justifica todas sus decisiones, incluso las más injustificables. Y por último ambas verán frustradas sus ilusiones, lo que cuestiona decisivamente el sentido del proceso seguido hasta entonces, por culpa del azar en el caso de María Braun, al desvanecerse la falsa imagen que se había formado de su gran amor y Escarlata O'Hara ya no balbucea el nombre de su Ashley. Incluso existen numerosos parecidos entre la reconstrucción de las haciendas de Alemania y Tara... ¿Es LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, un simple drama fastuoso, si es que ello tiene algo de simple o un esquema de análisis social tan penetrante de lo que a simple vista parece?
 

MAX STEINER

SAM WOOD

El cine nos hace soñar, nos arrebata. Nos habla a veces de un mundo anterior cuyos valores se han perdido por el camino. Tal vez ese mundo no existió jamás, ni esos valores. Sabemos que esa armonía entre blancos y negros que se apunta es pura falacia, encubridora de otras realidades más crueles e injustas. Pero ese es otro tema. Porque es un cine al que no se le puede pedirle rigor histórico, ni capacidad para analizar los procesos de la historia, sino agradecerle su eterna capacidad para evocar sentimientos y conseguir emocionarnos con ellos. Bajo esa emoción a la que no consigo dar explicación, sigo caminando por la tierra roja de Tara, como si fuese el único lugar del mundo donde me he sentido el hombre mas feliz del mundo.


Los 75.000 metros de película impresionados en un principio fueron reducidos a unos 6.500, lo que significaba una duración de unas cuatro horas, definitivamente reducidas a 225 minutos. Estrenando el film el 14 de diciembre de 1939 en Atlanta en medio del entusiasmo popular, además el Gobernador de Georgia lo declaró día festivo. Consiguió recaudar por Navidad de aquel mismo año un millón de dólares. Pero aún faltaban bastantes años para que viera la luz en toda Europa, donde no fue estrenada hasta 1949 en Italia y 1950 en Francia, año en que también se dio a conocer en España, estrenándose en el Palacio de la Música de Madrid. Su enorme popularidad a través de los años motivó que a finales de los 60 fuera exhibida en Tokio con un montaje especial, con la totalidad del material rodado, que alcanzaba una duración de ocho horas. Fue igualmente en Japón donde la novela de Margaret Mitchell subió a los escenarios en una versión musical de Harold Rome, bajo la dirección de Joe Layton y con el título de SCARLETT. Posteriormente, en 1972, este mismo espectáculo conoció otro y mas sofisticado montaje estrenado en el Drury Lane Theater de Londres, luego voló a Los Angeles y Broadway, con June Ritchie y Harve Presnell en los principales papeles, manteniendo en esta ocasión su titulo literario original.
 

Sin embargo, las vicisitudes de la película no terminaron tampoco con su estreno. Rodado lógicamente en 35 mm., porque no existía ningún otro formato en aquella época, empezó a sufrir alteraciones desde el momento en que Selznick vendió sus derechos a MGM en 1944. La brillante nitidez del primitivo Technicolor de Natalie Kalmus, conseguida mediante la conjunción de tres negativos monocromos -rojo, verde y azul- de nitrato, se perdió para siempre a partir de 1950 con el nuevo tiraje de copias en Metrocolor, cuya inferior calidad apagó la luminosidad original de las imágenes, predominando los tonos apagados y el color ladrillo. En 1954, al mismo tiempo que se le adaptaba una nueva banda sonora estereofónica, se producía el relanzamiento panorámico del film que deterioraba por vez primera los cuidados encuadres de Ernest Haller. Una nueva y definitiva brutalidad fue en 1968, cuando LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, inauguró el Festival de Cannes, con una copia en 70 mm., cuyo formato cortaba prácticamente la mitad de la imagen y estropeaba todavía más el color, aumentando el grano hasta lo inadmisible, a la vez que obligaba a efectuar diversos encuadramientos, algo parecido sucede con las películas en Cinemascope cuando son pasadas por Televisión y se realizan panorámicas verticales que barren cruelmente la totalidad del plano. Y para finalizar este cúmulo de barbaridades y relacionado con su banda sonora, puesto que la grabación original con las voces separadas de la música se había perdido, se traspasó el sonido estereofónico a seis pistas magnéticas. Afortunadamente, la copia actual es una recuperación de la primitiva, incluyendo el mismo doblaje, pero manteniendo igualmente las deficiencias de color y proyección panorámica. Si tenemos en cuenta que hace unos años se estrenó en París, una versión subtitulada cedida por MGM de una copia en Technicolor del año 1952....A pesar de tener ahora el privilegio de adquirirla en DVD, en un perfecto formato remasterizado y muy trabajado plano tras plano, como cinéfilo me preguntó: ¿Tendremos la suerte que tuvieron en Paris y verla subtitulada en copia de 1952?, sería magnifico e impagable.
 

Con frecuencia se ha repetido que la colonización del Oeste, reflejada por los westerns, constituye la historia de un país que casi carece de ella. En la misma línea, la Guerra de Secesión (1861-1865) que enfrentó a los Estados del Norte contra la Confederación Sudista, contraria a la abolición de la esclavitud propugnada por Abraham Lincoln, adquiere el valor de una epopeya. Epopeya victoriosa para el Norte, que consiguió la desarticulación de los Estados rebeldes y la implantación del abolicionismo. Epopeya fracasada a causa de la desigualdad de fuerzas y de la deficiente preparación militar por parte del Sur, que intentó auto resignarse de la derrota creando una particular mitología de los pasados tiempos felices, de un sistema patriarcal y caballeresco compuesto de grandes mansiones blancas, jóvenes bellas y encantadoras, grandes salones de bailes, extensos campos de algodón y esclavos felices de servir a sus amos, como se refleja en LO QUE EL VIENTO SE LLEVO.
 

La nostalgia sudista por el antiguo régimen se manifestaría cinematográficamente en la adaptación de sendos novelones: «The Clansman», escrito por Thomas Dixon y llevado a la pantalla por David W. Griffith con el nombre de EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN, y LO QUE EL VIENTO SE LLEVO. de Margaret Mitchell. Curiosamente, existen varias coincidencias entre ambas películas, no sólo por su condición de grandes superproducciones con duración superior. Los dos Films o por la común visualización de determinados acontecimientos, como el incendio de Atlanta, sino especialmente por su carácter elegíaco con respecto al bando vencido, por su reivindicación de una lucha heroica por una causa perdida, aunque dicha causa fuera tan vidriosa como la supervivencia de las grandes oligarquías agrarias y el mantenimiento de la esclavitud. Aspecto este último mucho más explícito en el film de Griffith, sorprendente canto a la instauración del Ku-Klux-Klan, en la inmediata posguerra, como grupo defensivo de la población blanca contra la violencia y la brutalidad innatas de las gentes de color, que en el de Víctor Fleming, donde el problema racial no llega a enfocarse de frente, dándose por supuesto que los esclavos son fieles o miedosos, embusteros e irresponsables, sin cuestionarse en ningún momento la vergüenza de su condición social. No en vano existe un espacio grande entre ambas, 24 años. Sin duda, uno de los principales méritos de Lo que el viento se llevó reside en el procedimiento por medio del cual su fondo literario llega a convertirse -a pesar de o gracias a las múltiples vicisitudes enumeradas en el capítulo anterior- en una epopeya y en un melodrama, lógicamente «American styl». Conviene subrayar este factor, su americanismo, para comprender la abismal diferencia existente entre este tipo de melodrama histórico y. el europeo, cuyo máximo representante sería Luchino Visconti. Si bien las similitudes son evidentes entre, pongamos por ejemplo: SENSO, EL GATOPARDO Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, la pasión amorosa como razón primordial de vivir; la caída de un imperio y del sistema de valores que lo sustentaba; la nostalgia por un tiempo barrido por el viento, el trasfondo intelectual y aristocrático de Visconti hace de sus películas autenticas y selectas obras de arte, y es sustituido en el caso de Víctor Fleming por la vitalidad y la acción. Más allá del mero hecho cinematográfico, dos formas de vida y de cultura se contraponen.
 

UN DESCANSO EN EL RODAJE


LO QUE EL VIENTO SE LLEVO es un arco iris de sensaciones y especialmente algunas de sus secuencias épicas, remiten por su nervio y dinamismo a los mejores Films del cine, casualidad que no es ajena, pues Selznick también fué productor de películas inolvidables, como por ejemplo: Duelo al sol y por su planteamiento dramático e inteligente utilización de los decorados, la iluminación y el vestuario, también se le puede emparejar con Douglas Sirk, de quien parece haber extraído una de sus más famosas sentencias: «El cine es sangre, lágrimas, violencia, odio, amor y muerte». Existen pocas películas más llenas de vida que Lo que el viento se llevó, como pocas veces también han sido mejor empleados los escenarios, por supuesto artificiales, ya que ni una sola toma fue rodada en Georgia. Véase: la magnificencia de Tara y, en contrapartida, la tristeza de su ruina posterior; la fuerza dramática de la huida de Atlanta, donde la habilidad de la puesta en escena se oculta a tres de los cinco personajes que ocupan la carreta descubierta, para mayor lucimiento de la pareja protagonista; los operísticos fondos rojos, como el de la separación de Rhett y Escarlata tras el incendio o el desafiante juramento de la protagonista al final de la primera parte; o el antológico plano de la hacienda de Tara, observada por Escarlata y su padre de espaldas al espectador... ¿Donde estas Tara?, ¿donde puedo volver a sentir esa emoción escénica?, creo que imaginándome observador fantasma e ir caminando por su roja tierra. Yo creo en los milagros, y el cine tiene muchos, solo espero que alguna vez pueda ser yo el que divise Tara de espaldas al espectador, con ese fondo alejándose, entre un crepúsculo rojo como la sangre.
 

Lo que aproxima más este film a los de Sirk sea la utilización de las grandes escaleras, que como es sabido constituyen un elemento dramático de primer orden. De su peculiar función son buen ejemplo: la primera aparición de Rhett Butler, con un travelling de acercamiento; la ocultación de Escarlata para escuchar sin ser vista la conversación de Melania con sus amigas; la triunfal subida de Rhett con Escarlata en brazos, después de una violenta discusión entre ambos; el asesinato del soldado yanqui de un tiro en la frente; la majestuosa escalinata doble de Los Doce Robles que, destrozada después de la guerra, se yergue surreal hacia la noche y el infinito; la caída de Escarlata por la escalera, perdiendo el hijo que esperaba y, en las escenas finales, su subida y bajada de las mismas llamando desesperadamente a Rhett, para acabar llorando su derrota echada sobre los peldaños. De la alegría al dolor, del esplendor a la miseria, del temor a la esperanza, las escaleras de Lo que el viento se llevó son marco idóneo para realzar las acciones y los sentimientos de sus protagonistas. He de confesar que soy un enamorado de las secuencias con escaleras, ahora me viene en la mente EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, de Wilder, con ese plano largo, donde Gloria Swanson hace una reencarnación de si misma entre divina y diabólica, pero única. Creo que es una de las escenas mas bellas que he visto.

Sin abandonar el modelo de Sirk y al igual como sucede en algunos de sus melodramas, como es el caso de Escrito sobre el viento, los personajes negativos del film de Fleming son más atractivos que los positivos. O, dicho de otra manera, un personaje tan conflictivo como el de la protagonista consigue la identificación y las simpatías del público, cuando en realidad carece de principios y no se detiene ante nada ni ante nadie con el fin de ver satisfechas sus ambiciones. En este aspecto, y como se ha dicho anteriormente, la magnífica interpretación de Vivien Leigh limó muchas de las aristas de la Escarlata creada por Margaret Mitchell. Rhett Butler y Ashley Wilkes, por su parte, representan las dos caras de un mismo tipo: el hombre del sur. Aventurero, seductor y cínico el primero, aunque finalmente llegue a perder la máscara de su aplomo a causa de los celos de su mujer y la muerte de su hija. Sensible, dubitativo y en el fondo acomodaticio el segundo, representante en última instancia del fracaso de su clase social en la misma medida que Rhett lo es de su supervivencia y triunfo. En cuanto a Melania Hamilton, su extremada bondad, paciencia y discreción se vuelven en cierto modo en contra de ella, hasta hacerla parecer la mas vulnerable. En cualquier caso, la pareja perfecta de Ashley, como Rhett lo es para Escarlata.
 

 

Siento como si algo dentro de mi se va, difícil de explicar y fácil de entender por todos los que escriben. Cuando sientes que esta cercano el fin de un articulo que has escrito con todo el amor del mundo, intentando informar lo poco que se de GONE WITH THW WIND, el aire te falta o la emoción te embarga, cualquiera de las dos cosas son válidas, solo me queda la esperanza que en mis noches heladas de sentimientos, sueñe algún día, o en alguna ocasión, el poder adentrarme en ese lienzo sureño y perderme entre sus caballeros y elegantes damas camino de una fiesta en la plantación de Doce Robles... Es mi forma de poder continuar "CAMINANDO POR LA TIERRA ROJA DE TARA", y contemplar de cerca esa figura femenina, arrancando lo poco que la tierra le ha dejado... Se levanta como puede, se yergue altiva ante un rojo firmamento: grita:

 

 

"A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!....Al fin y al cabo, mañana será otro día".
 


LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es una pieza única, de gran potencia colorista y visual, posee una magnitud que nunca volverá a repetirse y una leyendo en torno a ella que es tan grande como el propio film. Es un cine de autor total y seguiremos visitando Tara millones de veces. La Emoción, la sorpresa y la mas bellas imágenes jamás filmadas seguirán ahí, como raíz de una época gloriosa del Séptimo Arte, para sentirnos vivos y presuntos dueños de un CINE escrito en mayúsculas.
 



 

 

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